DIRCOMS DE MARTE
- Diego Giménez
- 24 oct 2015
- 2 Min. de lectura
No hay nada como aprender de los mejores. Ayer nos impartió una clase magistral el gran Italo Pizzolante, experto en comunicación estratégica. La última frase que pronunció me lleva a tener que escribir este post, "yo no quiero que vengáis aquí a hacerme preguntas, quiero que vengáis a haceros las preguntas a vosotros mismos".

La calle exige cambios. No se sabe muy bien qué cambios, pero la gente está cambiando sus hábitos y sus percepciones. La generación de los millenians son los que más están reivindicando la responsabilidad social, y a través de sus procesos de compra y su hiperactividad en las redes están moviendo acciones sociales que "fuerzan" a las empresas a adoptar un nuevo modelo de negocio socialmente más responsable.
Pero como decía Italo, hay una tendencia a que el dinero mueva las estrategias; ¿acaso la responsabilidad social tiene que ser una responsabilidad social "económica"? El dinero es importante, sí, pero el bienestar debería ser la prioridad.
Que tengamos tantos casos de corrución en España, viene por esta razón. Hay una gran falta de ética, las empresas son muy poco creíbles. No tiene sentido donar 100.000 euros a una buena causa, si luego tienes una de las peores políticas de recursos laborales, u ocultas tus cuentas a tus accionistas. Eso no es ser responsable y la sociedad cada vez está más atenta y activa.

Si la sociedad quiere cambios, ¿por qué no hacer cambios? Al final, la responsabilidad se convierte en una herramienta de competitividad, porque es lo que la gente está buscando, es una puesta en valor que la gente quiere ver. Por eso Italo nos preguntaba si debíamos pensar en el futuro de la empresa, o en la empresa del futuro. ¿Vamos a dejar que sea el futuro el que condicione el rumbo de la empresa? Si somos conscientes de la importancia que tiene la responsabilidad social para la sociedad y que esta está reclamando cambios, ¿por qué no adelantarnos al futuro y empezar a construir una nueva perspectiva empresarial caracterizada por ser socialmente responsable?
Creo que hace falta ser más humildes. Nuestra empresa no es el centro del mundo, sino que somos un agente social más dentro de una sociedad, un agente que puede cooperar socialmente y a la vez ser competitivo. Nuestro comportamiento empresarial puede mover el interés de los demás, crear confianza y además transformar las cosas. Si conseguimos interesar a los demás, estamos alinieando nuestros intereses con los del resto y si nuestros intereses son socialmente responsables, haremos que los del resto también.
Ha sido sin duda una gran lección. Entender lo que es de verdad la responsabilidad y la ética, y aplicarla de forma responsable en el ser de empresa es algo que todo comunicador debe interiorizar. Esto no es solo publicidad, esto va mucho más allá. Esto va de valores, de sociedad y de compromiso, y eso me encanta. No todo gira entorno al dinero, y ojalá el modelo de negocio actual sea capaz de cambiar para que el mundo funcione mucho mejor. Los estrategas de la comunicación también tenemos un papel social muy importante.
Bendita comunicación.
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